A veces vivimos con la esperanza de que algo bueno va a pasar. Y eso, en sí mismo, no está mal. Soñar, tener fe, imaginar un cambio... todo eso es humano y necesario.
Pero cuando toda nuestra energía se centra en lo que todavía no llega, empezamos a postergar la vida. Esperamos que algo se arregle, que alguien vuelva, que una señal nos dé permiso para movernos, para ser felices, para empezar de nuevo.
Y mientras tanto, ¿qué pasa con el presente?
Lo dejamos ir.
Dejamos de mirar el cielo, de disfrutar un café caliente, de saborear una conversación o de detenernos ante un atardecer hermoso.
Porque estamos demasiado ocupados esperando.
La vida no siempre te da lo que sueñas, pero siempre te ofrece momentos que valen la pena. Están ahí, incluso en medio del caos, aunque no sean ruidosos, aunque no parezcan grandes.
🌅 Tal vez no ha llegado eso que tanto anhelas, pero sí ha llegado un nuevo día. Y eso ya es una oportunidad.
🌿 No dejes que la espera te quite el regalo de estar aquí y ahora.
❤️ No pongas tu felicidad en pausa por algo que aún no ocurre.
Porque quizás, mientras esperas “lo grande”, te estás perdiendo lo esencial: tu vida, hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario